El reloj ha sido uno de los inventos más funcionales que ha dado un giro a la historia, no sólo por su primitiva función de medir el tiempo, convirtiéndose en un objeto de deseo en una sociedad consumista motivada por la influencia de compra que ejercen grandes marcas de moda y lujo.
Esta historia del reloj comienza con los obeliscos o rudimentarios relojes de sol, alrededor del año 3.500 a.d.C. Los egipcios crearon obeliscos cuyas sombras indicaban el tiempo, fue Babilonio Berous en el siglo III a.d.C construyó un reloj de sol hemisférico, una pieza cubica elaborada en madera, piedra y una varilla en el centro, en la sombra que generaba se visualizaban una serie de doce arcos que correspondían a las estaciones; éste prototipo dio indicios de lo que sería el reloj.
Fue aproximadamente en el año de 1500 cuando apareció el reloj de bolsillo, convirtiéndose en un símbolo no sólo de medición del tiempo, también de riqueza y poder, dando pie a grandes casas relojeras a reinventar los prototipos e innovar en ésta nueva industria de lujo. Casas como Vacheron Constantin firma ginebrina creada en 1755, reconocidos por sus relojes de bolsillo hasta 1889, cuando lanzan su primer reloj de pulsera para señora; una representación en oro de dos diosas labradas y un círculo de diamantes engastados, una pieza exquisita y de gran valor.
Para sus 250 años la marca celebro con el lanzamiento de cinco creaciones como homenaje al oficio relojero, una de estas fue Jubile 1755 como tributo a los principios de la relojería.