Por situaciones de transición cultural y de tiempo hemos encajado la definición de moda como la condición regida por una jerarquía social que impone una tendencia y es seguida por una cadena cíclica que en su orden. Era encabezada por los diseñadores, seguidos por las figuras públicas, y por ultimo adaptadas a las personas del común, donde la individualidad era totalmente ignorada y no era parte de un sistema estético ya establecido que afortunadamente influyo con el surgimiento de nuevas puertas en el campo de la moda, donde el arte de vanguardia rechaza estos sistemas establecidos y no pretende adaptarse al realismo sino propone modificar,
deformar y motivar a romper las reglas proclamando la libertad de expresión.
La creatividad se transforma constantemente como una simple actitud idealista donde convergen los universos del vestir para comunicar y construir un concepto al que le hemos bautizado como vanguardia; imponiendo la evolución en la moda y reduciendo el futuro a estilos propios donde no es solo un estilo sino también un modo de vida.
El lenguaje del estilo nos propone un salto a descubrir el vórtice del mundo que nos rodea y reinterpretarlo a nuestro modo de pensar y comunicar de manera creativa, una posición independiente en que el papel del arte, las nuevas tecnologías combinadas con imaginación se convierten en la llave para proponer conceptos que puedan generar tendencias y dar respuesta a una necesidad de evolución social.